Resumen
Desde su creación, la Corte Constitucional de Ecuador ha desempeñado un papel crucial en la
sociedad. Este protagonismo se debe en parte a su intervención judicial en temas esenciales
para la población, como el desplazamiento forzado, el aborto, la salud, la eutanasia, la
comunidad LGBTI, y el sistema carcelario, entre otros. Para promover cambios sociales, este
Tribunal ha empleado de manera excepcional las sentencias estructurales en su jurisprudencia
y ha introducido el concepto de declaración de estado de cosas inconstitucional. A lo largo de
su labor, ha logrado ciertos avances y ha enfrentado diversas dificultades. Los logros han
permitido la promoción de políticas públicas que efectivamente protegen los derechos de las
personas, mientras que las dificultades han obligado a reevaluar procesos para superar los
problemas encontrados. Un tema crucial en nuestro país, considerando el actual proceso
constituyente, es revisar el papel del juez en el marco del Estado constitucional de derecho y,
eventualmente, considerar un retorno al estado de bienestar. Partiendo del constitucionalismo
liberal, que establece una labor restringida dentro del modelo de «separación de poderes» desde
el contractualismo de Montesquieu, la consolidación de jueces con mayores atribuciones se
hace necesaria. Esto se debe a la relación cada vez más estrecha entre el derecho constitucional
y el derecho internacional de los derechos humanos, así como al papel del juez como facilitador
de la exigibilidad y justiciabilidad de los derechos sociales. El surgimiento del activismo
judicial, en el contexto del proceso constituyente actual, nos invita a reflexionar sobre esta
figura, su naturaleza jurídica y social, y los posibles alcances en un nuevo Estado constitucional
(y social) de derecho, una demanda claramente anhelada por la ciudadanía.
Palabras clave: Activismo, corte, derechos, proceso, Estado.
Abstract
Since its creation, the Constitutional Court of Ecuador has played a crucial role in society. This
protagonism is due in part to its judicial intervention in essential issues for the population, such
as forced displacement, abortion, health, euthanasia, the LGBTI community, and the prison
system, among others. To promote social changes, this Court has exceptionally used structural
sentences in its jurisprudence and has introduced the concept of declaration of unconstitutional
state of affairs. Throughout its work, it has achieved certain advances and has faced various
difficulties. The achievements have allowed the promotion of public policies that effectively
protect the rights of individuals, while the difficulties have forced the reevaluation of processes
to overcome the problems encountered. A crucial issue in our country, considering the current
constituent process, is to review the role of the judge in the framework of the constitutional
rule of law and, eventually, to consider a return to the welfare state. Starting from liberal
constitutionalism, which establishes a restricted work within the model of “separation of
powers” since Montesquieu's contractualism, the consolidation of judges with greater powers
becomes necessary. This is due to the increasingly close relationship between constitutional
law and international human rights law, as well as the role of the judge as a facilitator of the
enforceability and justiciability of social rights. The emergence of judicial activism, in the
context of the current constitutional process, invites us to reflect on this figure, its legal and
social nature, and its possible scope in a new constitutional (and social) rule of law, a demand
clearly desired by the citizenry.
Keywords: Activism, court, rights, process, State.